jueves, 11 de abril de 2013

ENSAYO PERSONAL "Ética para Amador" por Marisol Sánchez




Introducción

En palabras sencillas la ética y a la moral pueden definirse como el “arte de vivir”. A simple vista estos términos no suponen grandes complicaciones, mas ambos están asociados una gran cantidad de otros conceptos. Además difieren uno del otro, siendo la moral el conjunto de comportamientos y normas que “algunos” suelen aceptar como válidos. Mientras la ética, resulta ser la reflexión del por qué consideramos válidos  estos comportamientos, a la vez de cómo se puede comparar con otros que tienen personas diferentes.

La importancia de tener en conocimiento estas definiciones y su relación con los otros términos, radica en el aprender cómo emplear de manera adecuada la libertad que poseemos (como seres humanos capaces de optar por propias decisiones) para utilizarla de manera moral y ética, es decir, tener un actuar acorde a nuestros planteamientos siguiendo, más o menos, una línea de pensamiento propia. Este actuar a la vez, nos determina como personas, ya que lo que hacemos es lo que nos forma y también lo que proyectamos hacia los demás.

El tener un trato hacia el otro, varía dependiendo de nuestra percepción. Al ver al otro como un ser humano semejante a mí, él adquiere el derecho de ser tratado como tal, Sin embargo, se debe tener en cuenta que el otro nunca será idéntico a mí. Es por este motivo que en  los aspectos éticos y morales, no hay verdades concretas, ya que las reflexiones son supuestos de personas diferentes unas de otras. Aquí se genera lo complejo del tema y las discusiones por los distintos motivos que llevan al actuar, respecto del ser y hacer distinto en cada persona.


Síntesis

Los conocimientos que el hombre puede tener, son muchos. Sin embargo, hay algunos que son fundamentales para la vida: aquellos que nos permiten saber cómo vivirla. Contantemente se nos presentan cosas buenas y malas, a las que atribuimos estas características, básicamente, por ser convenientes para nosotros o no. Esto es lo que nos diferencia de otros seres vivos, tener la capacidad de elegir entre estas cosas, y a la vez, ser libres en la elección.

La libertad es decidir, pero también darme cuenta de que estoy decidiendo. Entonces, ¿por qué actuamos de maneras determinadas? debido a que existen los motivos. Son ellos los que nos dan razones, permitiéndonos darle un sentido a nuestro actuar. Es en éste donde recae la complejidad de la vida. Estamos condenados a tomar decisiones, movidos por nuestro razonamiento, por lo que estamos condenados a ser libres y decidir. Todo esto, esperando que las acciones de las que formamos parte sean válidas por nosotros mismos mediante una reflexión, y a sabiendas de que hay otros que piensan de distinta manera.

Todas estas ideas recaen en el concepto de ética, la cual pretende generar una reflexión y a la vez una comparación con las reflexiones de otros, permitiendo así, un comportamiento validado por nosotros mismos. Éste último corresponde a la moral
Aún sabiendo todo esto, ¿cuál sería la finalidad? tener un actuar “haciendo lo que quieras”, desde la propia voluntad y el interior de cada cual. Es justamente esto lo que permite darse la buena vida, intentado de forma racional encontrar la manera de vivir mejor. Esto también va de la mano con el compartir con otros en el proceso de humanización, ya que la buena vida, lo es entre seres humanos, no entre objetos ni cosas, y en es esta relación donde se encuentran dones como el amor y la amistad.

Es necesario tener consciencia para actuar por motivos verdaderos, ya cuando actuamos también nos formamos a nosotros mismos. Y es que, al actuar sobre otro, estamos ante un semejante. Aquí surge el derecho básico de ponerse en el lugar del otro, entendiendo también que no somos idénticos. El otro es igual a mí en el hecho de ser humano, por esto no puedo utilizarlo como objeto, teniendo gran importancia,  considerar los intereses del otro como si fuesen propios, teniendo un trato justo y digno con los demás.


Análisis

La vida puede parecer compleja. Nadie decide dónde, cómo o con quién nacer, tampoco se elige el estar condenado a tomar decisiones, ni a vivir o no siquiera. Tal como dice Savater, somos libres en nuestra capacidad de actuar tomando las decisiones que elijamos tomar y asumiendo la responsabilidad que conlleva hacerlo.

Hay que tener claro que hay elementos externos que nos mueven como son las órdenes y costumbres, pero de éstas debemos tener consciencia. Las primeras se refieren al actuar porque otro así lo ordena, y las segundas por el simple hecho de estar habituado a hacerlo. No esto vamos a dejar que la vida “se nos pase” sin darle mayor importancia a nuestros deseos personales. Debemos tener consciencia de lo que hacemos mediante una reflexión previa, tal como indica la ética, fijando así nuestros parámetros y pudiendo ser constantes con ellos. Es esto lo que nos permitirá tener una participación real en el formar nuestra vida.

El autor del libro plantea una frase, desde mi punto de vista, muy acertada cuando dice “haz lo que quieras”. Como lo veo, con esto se refiere al tener un dominio activo de nuestro quehacer diario, haciendo lo que realmente queremos con nuestro tiempo y así, con nuestra vida. Además, concuerdo en el hecho de que este actuar mediado por decisiones y motivos, es lo que finalmente nos forma. Somos lo que hacemos y proyectamos una imagen hacia los demás a través de nuestras acciones. Por todo esto es tan importante tener un sentido al hacerlo y, por otro lado, hacerse responsable de ello.

Si bien en la lectura se habla de muchos temas variados, todos toman relación de una u otra forma. Sin embargo, sobre algunos se destaca un interés mayor que sobre otros, como es el caso de la importancia de hacerse humano interactuando y ponerse en el lugar del otro.   

La vida debe ser valorada como tal, y no debe restársele importancia, sino como se planteaba más arriba, debemos intentar tener un actuar mediado por reflexiones previas. Esto a la vez nos formará como personas y nos permitirá interactuar con los demás haciéndonos “humanos”. El tener un conocimiento propio permite valorarse, y así mismo, el ser humano debe aprender a valorar a los demás.

El otro no es un objeto ni un medio para obtener un beneficio egoísta, tal como recalca Savater, es un semejante y merece un trato justo y digno, como cualquier otro hombre.

A pesar de que no podemos tratar al otro como objeto, si hay algunos que dependeremos en el paso por la vida de apoyos externos constantes, como dice el autor, siendo “imbéciles”. Esto se refiere a necesitar un “bastón” para caminar por la misma. Según mi punto de vista, puedo decir que la mayoría de los hombres poseemos en algún grado este bastón, ya que en la sociedad de hoy todos dependemos de cosas materiales y externas. Con esto no me refiero a la comida, ni a un hogar, sino a cosas cotidianas como son el internet, el celular o la ropa adecuada para pasar como uno más. Son ejemplos básicos de objetos a los que nos mantenemos “pegados” diariamente, para seguir el patrón indicado por la sociedad, volviéndonos cada vez más esclavos de lo material y alejándonos de “vivir la buena vida”.

Muchos fenómenos de esta índole ocurren constantemente en nuestras vidas sin percatarnos de ello. A mi parecer, es nuestro deber tomar consciencia. Si bien uno puede culpar de lo que hace a otros, ya sea “la sociedad” o cualquier persona distinta a mí, debo saber que las decisiones que tomo las tomo yo y nadie más. A pesar de verme influido por muchos factores externos (como mi cultura, mis amigos, mi familia) finalmente será mi responsabilidad lo que yo haga, y para tener un actuar ético debo premeditar lo que quiero o no realizar, intentando desligarme de lo que el otro haga. Es así como evitaré culpar a factores externos y me haré cargo completamente de mi libertad y sus consecuencias.

El actuar de acuerdo a mi ser único e individual del resto, permite no dejarme llevar tanto por la copia, un punto que también menciona Savater. Los humanos tenemos dentro de nuestras características principales, la imitación de otros seres humanos. Es en esto que  radica la importancia de no dejarse llevar por el otro.

Así es como hay que tener en cuenta muchos factores diversos para “vivir la buena vida”, llegando a un equilibrio entre lo que queremos hacer y lo que nos imponen los demás que hagamos, sin dejar nunca de lado la responsabilidad del quehacer propio. Se debe tener siempre en cuenta la semejanza del ser humano con otros, pudiendo tener un trato ético, que siga nuestra moral, donde podamos compararla con él, pero también respetarla desde nuestro ser único y diferente a él.



Conclusión

Si pasamos por la vida, un camino de tantas complicaciones y desafíos, no es para regodearnos de forma egoísta ni vivir en soledad, sino para relacionarnos con los demás, ocupando nuestra principal característica como seres humanos: la interacción con otros semejantes. El tratar al otro como una “cosa” va en valorarse uno como persona, ya que al valorarme yo puedo entender que el otro también merece el mismo trato.

En el área de las carreras de la salud, es fundamental tener el conocimiento de lo que significa un quehacer ético y moral. Esto es debido a que se tiene un trato con el paciente constantemente, y la relación que se establezca con él no debe ser vista como un mero trámite buscando un fin, como podría verlo alguien a quien sólo le interesa su dinero. Tampoco debe ser visto como una patología más a tratar, sino, debe tenerse en cuenta el ser humano que es, siendo semejante a mí y a la vez distinto es muchos aspectos que quizás desconozca, pero más allá de eso, la relevancia es que es merecedor del derecho a un trato justo y digno, siempre con respeto y consciencia sobre él.

Como futura fonoaudióloga, debo poner mis conocimientos teóricos aprendidos en los años universitarios al servicio de mi profesión, pero no debo olvidar jamás aquellos que formarán en mí una línea en el actuar, como son los éticos. Al tratar al paciente se debe tener claro qué es lo que se desea lograr, pero también qué es lo que el otro quiere alcanzar y está dispuesto a hacer. Esto debido a que, aunque las decisiones las tome el especialista, el trabajo estará centrado en el paciente y el efecto que se espera provocar con el tratamiento, es siempre afectar su vida de manera favorable.

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