INTRODUCCIÓN
“Ética para Amador” es escrito por el filósofo español Fernando Savater, el cual se dirige especialmente a su hijo, pero hace sentir como si se dirigiera a uno personalmente. Es una invitación abierta para que las personas podamos aprender sobre la libertad inherente del ser humano y cómo podemos utilizarla para llegar a tener una buena vida; hace completo ahínco en que debe ser responsable y que los hombres gozan de esta libertad sólo por el hecho de ser seres humanos. Los animales por ejemplo, no poseen esta virtud, ya que, están “programados” para sacrificarse, para actuar por instintos sin tener la posibilidad de “meditar” sobre estos hechos que pueden incluso, llegar a quitarles la vida; ellos se relacionan como un todo, por ejemplo, toda la colonia de termitas, nosotros somos seres individuales que nos relacionamos con los demás y así podemos expresar nuestra libertad, además nuestra cultura es distinta, nuestro pensamiento está condicionado por el lenguaje que nos permite llevar a cabo todas estas interacciones.
Además trata de que nosotros podemos optar por algo, y lo más importante, decidir lo que queremos para nuestras vidas y equivocarnos en ese intento, asumiendo que no podemos elegir lo que nos sucede y que si intentamos algo puede que no logremos dicho objetivo. Para eso es importante que tengamos capacidad de acción y seamos conscientes de que hay cosas que no dependen de nuestra voluntad y que no podemos controlar, pero aun así, seguimos manteniendo nuestra libertad. A ese vivir o arte de vivir con la libertad, como le llama Savater, es la Ética.
Es un libro muy didáctico con los ejemplos que se presentan, lo que lo hace mucho más liviano de entender y hacer posible una posterior reflexión.
SÍNTESIS
Se parte hablando respecto a la libertad, lo que cada ser humano posee y que estamos programados para comportarnos de cierta manera y tener la posibilidad de optar por las diferentes opciones que se nos presenten, a pesar de no poder elegir lo que nos pasa, tenemos la posibilidad de equivocarnos. Libertad es decidir, pero nos tenemos que dar cuenta de qué estamos decidiendo, tenemos que ser responsables.
El autor hace referencia a que el ser humano también tiene motivaciones que pueden condicionar su comportamiento, puede ser por órdenes, las cuales nos pueden hacer actuar por miedo a un castigo o recibir un premio si es que se cumple; costumbres, asociadas a una comodidad de seguir con una rutina; o caprichos, salen desde nuestro interior sin que nadie nos mande, sólo depende de nosotros. Las órdenes y las costumbres vienen desde afuera, y están relacionadas con la “moral”, se define como: conjunto de comportamientos y normas que los demás y yo, aceptamos como válidos; mientras que la Ética es: la reflexión sobre porqué los consideramos válidos y la comparación con otras morales que tienen personas diferentes. Entonces la ética es el estudio de la moral, pero Savater, las trata como iguales, al fin y al cabo, son interdependientes y ambas son “arte de vivir”. Esta buena vida es buena, sólo si es entre seres humanos, porque somos una realidad cultural siendo la base, el lenguaje, porque es una creación cultural que heredamos de los demás hombres y que se hable posible esta interacción, si nos humanizamos y nos ponemos en el lugar del otro (ser empáticos), y tratarlos como seres humanos, siendo un principio básico de la buena vida.
El llamado que hace el autor, es que nadie puede ser libre por ti, es nuestra responsabilidad “despertar”. Tenemos que ser conscientes de nuestros propios actos, pero hay algo que nos puede detener: la culpa o el remordimiento, y se da porque hemos empleado mal nuestra libertad. Una persona libre no teme al placer, porque lo ve como una gota de plenitud en su vida y le produce alegría.
Un ser humano no puede hacer caso omiso de la política, porque se encarga de organizar la convivencia social y es algo que nos dirigirá a todos los pertenecientes a una sociedad, pero sí se hace alusión a que debiera existir una política unificada.
ANÁLISIS
El autor dice que la Ética es un arte de vivir la libertad que poseemos los seres humanos, pero ¿qué sucede cuando existen diferentes limitaciones a esta libertad? Como por ejemplo, las personas que no saben asumir que el intentar algo no necesariamente hará que se logre de inmediato o no entienden que no somos libres de elegir lo que nos sucede. Acá se pueden ir produciendo diferentes frustraciones en el individuo porque no hay una real conciencia de la vida en sí, y sólo se echan la culpa por lo que les pasa; o también las personas omnipotentes que quieren conseguir todo aunque sea imposible y no les importe pasar a llevar a los demás por conseguir su objetivo. Son personas que no son responsables de su propia libertad y que no saben utilizarla para llegar a la buena vida. En más de una ocasión nos ha pasado, que nos frustramos porque algo no nos sale bien y no podemos entender que las cosas suceden sin ser nosotros los que elijamos. Cuando tomamos una mala decisión, somos libres de equivocarnos al tener esta libertad, y esto depende de cuánto nos conocemos a nosotros mismos para saber qué es lo que nos conviene y qué no. Lo cual me hace pensar, ¿qué pasa con los niños, que están en pleno proceso de autoconocimiento?, ¿son realmente conscientes de esta libertad que poseen?, y sí es así, ¿cómo la utilizan?... Savater expone sobre las órdenes, costumbres y caprichos, las cuales como se definieron en la síntesis, nos hacen limitar nuestra libertad, porque actuamos de una manera determinada o como la sociedad nos impone actuar. Si mi madre, a los 10 años me manda a poner la mesa, lo haré porque sé que si no lo hago me retará, entonces realmente actuamos por miedo, no somos capaces de analizar si queremos o porqué debo hacerlo. En un periodo de nuestras vidas, no somos dueños de nuestra propia libertad, porque se nos imponen cosas, como también las costumbres; pero, si actuamos por capricho no estamos siendo responsables ni conscientes de lo que poseemos; entonces, pienso que esta auténtica libertad es completamente real cuando se adquiere una madurez y una etapa se cumple; es decir, cuando somos más independientes y se nos deja decidir bajo nuestro propio criterio, es sólo ahí cuando nos equivocamos por nuestras propia responsabilidad y podemos hacer un análisis posterior de la situación sacando nuestras propias conclusiones, a fin de cuentas: decidir y darnos cuenta de lo que decidimos.
Además nos expone sobre la humanización siendo un proceso recíproco, en el que para que los demás puedan hacerme humano, tengo yo que hacerles humanos a ellos. Concuerdo con el autor en esto, ya que somos seres de relación con los demás y nos vamos formando también mediante estas interacciones, ya sea, en el vientre materno o ya cuando hemos nacido y vamos creciendo. Es un proceso que se va dando siempre, aunque nace la interrogante de qué sucede cuando se está embarazada y no se sabe, ¿es ser humano el bebé a pesar de aquello?, ¿se va dando el proceso de humanización de igual manera? Puede ser que se vea estancado en algún momento, pero sí se da de todos modos; entonces, nos vamos dando la buena vida y damos buena vida a la vez, en esa interacción recíproca; ésta se puede dar mucho más en relación con los padres, amistades, relaciones de parejas, etc. Por lo que es un círculo que no tiene fin, día a día nos vamos humanizando con el otro y más aún si vamos compartiendo de esta libertad responsable.
En el capítulo “Despierta, Baby” el autor hace mención que Kane hacía lo que quería pero no se daba la buena vida. Entonces si uno hace lo que quiere, ¿se da la buena vida realmente? En este caso vemos que no, porque Kane lo tenía todo y fue dejando en el camino a muchas personas, quedándose solo y es en su lecho de muerte que recuerda su trineo “Rosebud” remontándose a una época en la cual tenía amor, amistad, estaba acompañado, por lo que no siempre que tengamos muchos beneficios materiales o económicos, nos asegurarán el hecho de llevar una buena vida. Lo más importante es sentirnos auténticamente amados, acompañados, respetados por personas libres, los cuales nos darán la seguridad para así nosotros sentir esa libertad y actuar responsablemente para disfrutar la vida. Debemos poner atención y tener disposición a reflexionar sobre lo que hacemos y darle sentido a esta “buena vida”.
Y para finalizar, el hecho de ponerse en el lugar del otro y tratar de “sentir” lo que siente el otro, y comprenderle desde adentro nos hará tratar a las personas como personas; podremos entender que es nuestro semejante, que es libre, y que por lo tanto, tiene que ser responsable para que pueda llegar a la buena vida y no tenga miedo de atreverse, es algo que le podemos transmitir a los demás, porque es algo que todos nos meremos, hayamos cometido un delito o no, seguimos siendo todos, SERES HUMANOS.
CONCLUSIÓN
A juicio personal el libro me pareció interesante, superó todas mis expectativas iniciales, ya que no sólo hay una exposición de conceptos, sino que también va dando variados ejemplos que facilitan la comprensión y reflexión y después de eso, uno se da cuenta que son temas complejos y que sin embargo, somos capaces de reflexionar sobre algo profundo y poder dar nuestra opinión. Me ayudó a entender el concepto de libertad, ser consciente, responsable de ello, y asumir que yo soy la dueña de mi propia libertad y no debo tener miedo.
La libertad y la responsabilidad, son interdependientes, se da mucha importancia a estos términos durante el libro. Creo que nosotros al ser profesionales del área de la salud, debemos fomentar este cuidado de nosotros mismos siendo responsables en esta libertad, sobre todo con los niños que necesitarán una base importante en este proceso de autoconocimiento y de asumir que somos seres libres, que nos podemos equivocar, y es algo normal y no debemos frustrarnos por eso porque no depende de nosotros. E incluso que no es culpa de los pacientes tener una patología y nosotros poder ser capaces de ponernos en su lugar, sentir lo que ellos sienten al ser conscientes de esto, es ahí donde nosotros entramos a jugar un rol muy importante, el ayudarlos, acompañarlos e intentar curarlos en este proceso. También, es importante fomentar esto en los padres o cercanos del paciente para hacerlos sentir importantes como son de manera que se sientan un auténtico apoyo y amor, y que a pesar de todo siguen siendo personas.
Finalmente, cito: “En el arte de vivir, el hombre es al mismo tiempo el artista y el objeto de su arte, es el escultor y el mármol, el médico y el paciente” (Erich Fromm).
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