

La eutanasia corresponde a la acción o inacción hecha para evitar sufrimientos a personas próximas a su muerte, acelerándola ya sea a sabiendas de la persona o sin su aprobación. Ya con la simple definición se puede evidenciar lo complejo del tema y los principios implicados.
Si nos ponemos a pensar en un paciente postrado en la cama desde hace años sin poder salir de allí, que depende de aparatos para vivir y de la constante preocupación de los demás, está claro que se ve privada su dignidad. Si quiere tomar decisiones sobre qué hacer con su vida, a nuestro parecer, es factible que quiera decidir morir o no. Al no poder hacerlo, se está yendo en contra del principio bioetico de la autonomía al poner su decisión por debajo de las que dicta la ley y su entorno.
Por otro lado, se encuentra la justicia ¿si una persona cualquiera desea suicidarse porque así lo prefiere, debe privarse de esta opción a una persona que posea una enfermedad que no le permita hacerlo por sus propios medios? Es aquí donde estamos ante una situación no equitativa por lo que se ve transgredido el principio de la justicia. Por último, si se desea actuar en “beneficio” del otro, debe ser respetada su opinión, y si para él el bienestar se alcanza con la muerte pensamos que debería ser escuchado, cumpliendo así con el principio de la beneficencia.
Si bien hay diversas opiniones sobre este tema y aspectos a favor y en contra, pensamos que morir debería ser un derecho y no una obligación. Cada cual debe decidir qué hacer con su vida, ya que nadie puede sobreponerse al otro faltando a su voluntad. Para terminar, es de suma importancia para el profesional de área de la salud tener conocimientos sobre temas como éste, ya que en el trato con los pacientes siempre se debe tener presente cuál es su voluntad y cuáles son los principios que rigen y se pueden ver violentados. El trabajo se realiza con y para ellos, es fundamental tener una buena relación y avanzar en conjunto.
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