lunes, 3 de junio de 2013

ÉTICA EN LA ATENCIÓN FONOAUDIOLÓGICA. Análisis de caso clínico simulado por Natalia Mena y Francisca Puelma.

Introducción

El presente informe tiene por objetivo reflexionar acerca de cómo el fonoaudiólogo aborda un caso clínico particular, con la finalidad de reconocer los principios éticos que están o no presentes. Para esto, se realiza un análisis bioético desde la perspectiva del ser profesional y las implicancias de su ejercicio en el área de salud y educación. El fonoaudiólogo se verá enfrentado en su experiencia laboral a diversos dilemas éticos, por consiguiente, necesitará conocimientos sólidos sobre lo dictado por el Ministerio de Salud, el Colegio de Fonoaudiólogos, los derechos del paciente, constructos del cuidar, entre otros; sin olvidar  la escala de valores que rigen su determinado actuar.

La realización de este taller nos orienta a ser un profesional completo, empático, capaz de sentir por el otro, cuidando la dignidad de las personas. Integrando todos los conceptos vistos en la cátedra, a la hora de trabajar con la comunidad, se puede tomar mejores decisiones acerca de la intervención, tratamiento y diagnóstico que se les hará a futuros pacientes, sobre todo si éstas afectarán en la calidad de sus vidas.


Marco Referencial

Proceso fonológico de simplificación “son los mecanismos que le permiten al niño, entre los 18 meses y 4 años,  expresarse aún cuando sus capacidades de habla le impidan reproducir adecuadamente todos los rasgos y estructuras fonológicas de su lengua” (Mendoza, 2007:17). La permanencia de PFS más allá de los esperados para la edad cronológica del niño provocará un trastorno fonológico, en donde  pueden coexistir  dislalias, que se define como una incapacidad para  pronunciar correctamente ciertos fonemas.

De acuerdo a la epidemiología, este trastorno tiene una prevalencia de 3%  en edad preescolar y el 2% en niños de 6 a 7 años,siendo más común en los varones. Se describe a la enfermedad como una deficiencia innata con predisposición genética.

Existen factores que pueden predisponer a que un niño padezca de dislalia o persistencia de PFS. Así como pequeños que son más tímidos, los que están desmotivados o excesivamente estimulados y aquellos que en el seno familiar viven situaciones conflictivas con frecuencia. Otros factores de riesgo pueden ser la pobreza y el hecho de pertenecer a una familia numerosa.

Los signos  presentes en el trastorno se caracterizan porque el niño emite enunciados poco entendibles, por lo tanto, construyen representaciones fonológicas deficitarias. Se considera que la articulación es defectuosa comparándola con niños de su misma edad.

El tratamiento e intervención fonoaudiológica apunta a lograr la articulación de fonemas específicos. Se trata de desglosar las praxis correctas para cada fonema en un número suficiente de acciones musculares independientes. Y conseguir que el niño aprenda conscientemente los movimientos musculares y patrones respiratorios para la producción correcta del fonema en cuestión.

De acuerdo a las estrategias y programas propuestas por el ministerio de educación encontramos el decreto 1300 y el informe de comisión de expertos del 2004 llamado “Nueva perspectiva y visión de la educación especial”. Las estrategias propuestas por la comisión de expertos se basan en la educación inclusiva. Se considera al alumno como foco del proceso de enseñanza y aprendizaje, donde el medio ayuda a que él se vaya desarrollando acorde a su etapa y necesidades. Conforme a lo anterior, el alumno que pasará a kínder debe entrar a un sistema educativo que considere su edad cronológica y a la vez sus necesidades especiales, las cuales se verán asistidas en todo momento. Será acompañado por un grupo de profesionales que deberá apoyar su desempeño específicamente, en lenguaje, donde se proporcionarán ayudas individualizadas y colectivas, considerando siempre en el proceso a su familia.


Análisis

El caso clínico a analizar es el siguiente: “Fonoaudiólogo que evalúa a menor de 4 años que asiste a una escuela de trastorno del lenguaje. El menor el próximo año debe asistir a kínder. Se establece una conversación con el director sostenedor, sobre que idealmente el menor podía realizar kínder en la escuela de lenguaje. Sin embargo, el menor en la evaluación mantiene un buen nivel semántico y morfosintáctico, acorde a su edad cronológica, pero mantiene procesos fonológicos de simplificación y algunas dislalias. La única manera de que el menor asista al kínder dentro de la escuela de lenguaje es que el diagnostico fonoaudiológico sea trastorno moderado del lenguaje. El  fonoaudiólogo cede a tal petición para mantener buenas relaciones laborales”.

De acuerdo a la ley núm. 20.584 la cual regula los derechos del paciente, en el artículo 4 se dicta que “toda persona tiene derecho a que, en el marco de la atención de salud que se le brinda, los miembros del equipo de salud y los prestadores institucionales cumplan las normas vigentes en el país, y con los protocolos establecidos, en materia de seguridad del paciente”. Según lo anterior y lo descrito en el caso, el fonoaudiólogo no cumple a cabalidad con tales requerimientos ya que sigue órdenes del director de la escuela, las cuales influyen en un diagnóstico alterado del paciente implicando su permanencia en la escuela del lenguaje, aún cuando podría ser alumno de una escuela normativa. Como consecuencia, el contexto del infante cambia por completo. Podemos mencionar además, el artículo 11 en donde “toda persona podrá solicitar, en cualquier momento de su tratamiento, un informe que señale la duración de éste, el diagnóstico y los procedimientos aplicados.” En el caso clínico simulado, lo más probable es que el profesional cumpla con entregar el diagnóstico cuando la familia lo solicite, pero si aquel documento  no posee veracidad, por causas que podemos atribuir a la  falta de ética, claramente  los derechos del paciente se ven reducidos.

Todas las personas merecen ser tratadas con humanidad, estando esto  dentro de  las  reglas  establecidas  por el colegio de fonoaudiólogos. Tratar con humanidad significa tener un grado de empatía con los pacientes, pensando siempre en mejorar su calidad de vida. Este fonoaudiólogo obstaculiza la entrada del menor al sistema educativo acorde a su desarrollo, impidiendo así que se relacione con niños sin trastornos del lenguaje y quitándole la posibilidad de que otro equipo conformado por fonoaudiólogo, psicólogo y profesores lo ayuden en conjunto al avance normal de su desarrollo en el lenguaje.

Considerando las virtudes básicas e ineludibles que se requieren para cuidar a un ser humano con excelencia profesional, se sitúan varias irregularidades en el experto de la salud quien es responsable del cuidado del paciente. Entre estos, encontramos una falta de competencia lo que se traduce en su escaza  capacitación para desarrollar la profesión de un modo óptimo, aquí se necesitarán conocimientos de orden espiritual y psicológico, que resulta mucho más  difícil de integrar que las habilidades y procedimientos de orden técnico.  

La confianza, es decir, fe en la persona que interviene y conciencia la cual establece reflexiones, prudencia, cautela y conocimiento, también se ve afectada ya que  en este caso, el fonoaudiólogo altera el diagnostico real del infante para mantener buenas relaciones laborales dentro de su contexto, sin dar mayor relevancia a su rol como profesional dentro del contexto educacional y de salud. Además de lo analizado anteriormente, hay que mencionar la confianza puesta en la familia del paciente hacia el fonoaudiólogo como alguien que está valorando y cuidando el verdadero problema de él. Por lo general, las familias al no tener conocimiento total de la enfermedad, ponen al menor en manos y disposición para que el capacitado propicie herramientas y conocimientos. De ahí la importancia se ser un profesional integral que vele, por sobre todas las cosas, la salud de su paciente.

Como propuesta de intervención primeramente se deben considerar los intereses y la verdadera necesidad del paciente. Por esto, el fonoaudiólogo como un profesional ético y preocupado por el cuidado del infante, debería ser capaz de explicarle al director cual es la mejor solución en esta situación sea o no dentro de la escuela del lenguaje a la cual pertenece. De esta manera, el fonoaudiólogo debería percatarse de la irregularidad y no llevarla a cabo por los propios intereses del director, sino actuar de acuerdo a su formación ética profesional encargándose de explicar las consecuencias que podría generar esta situación.

Además, es importante mantener al tanto a los familiares directos del paciente de manera que estén informados respecto del diagnóstico, y cuáles son las mejores opciones a considerar para el tratamiento. Por ejemplo, es importante mencionarles que el menor puede estudiar en una escuela normativa siempre que cuente con las herramientas y el equipo necesario para mejorar la problemática mencionada en el caso. Si no se cuenta con un equipo capacitado, se debe considerar la estadía en la escuela de lenguaje.


Conclusión

Se planteó un problema ético de acuerdo a la propia profesión, la cual tuvimos que analizar profundamente a través de diferentes fuentes bibliográficas que permitieran comprender la situación producida en el caso. De acuerdo a lo leído, se pudo apreciar las irregularidades efectuadas lo que conlleva a plantear interrogantes sobre cómo procurar cuidar y tratar a pacientes.

En este caso y muchos otros en los cuales hay situaciones irregulares donde se altera un diagnóstico, no se toma conciencia del verdadero daño que se puede causar al paciente que pone en sus manos toda la confianza en un especialista. Esto puede alterar el tratamiento llevado a cabo así como también el propio contexto del paciente y de su alrededor.

Es necesario conocer las diferentes leyes que involucran al paciente y el quehacer profesional de manera que se pueda analizar y comprender cada caso y que los juicios que se puedan desarrollar dentro de ellos sean conformes a la propia formación ética profesional.

Además, debemos ser capaces de analizar y dar soluciones a los diferentes dilemas que se plantean dentro del ramo y fuera de él para desarrollar juicios que sean concordantes con el contexto legal y profesional.


Referencias Bibliográficas

Ministerio de salud., Subsecretaría de salud pública. (2012). Regula los derechos y deberes que tienen las personas en relación con acciones vinculadas a su atención en salud. Chile: Consultado 17-05-2013 disponible en http://www.leychile.cl/N?i=1039348&f=2012-10-01&p=
Mineduc. (2004). Nueva perspectiva y visión de la educación especial. Chile: Consultado el 17-05-13 disponible en http://www.mineduc.cl/usuarios/edu.especial/doc/201304151157200.Doc_Nueva_perspectiva_vision_Ed_Especial.pdf
Torralba, F. (2000). Constructos éticos del cuidar.
Jordar, M & Cols. (2005). Trastorno del lenguaje y la memoria. Barcelona: UOC
Ortiz, V. (2007). Procesos fonológicos de simplificación. Argentina: Consultado el 17-05-2013 en http://bibliotecadigital.uda.edu.ar/objetos_digitales/229/tesis-3384-procesos.pdf

ÉTICA EN LA ATENCIÓN FONOAUDIOLÓGICA. Análisis de caso clínico simulado por Yanis Madrid y Marisol Sánchez.

Introducción

En el presente informe se plantea una problemática simulada en la atención fonoaudiológica en la cual se ven implicados factores éticos de por medio. El objetivo principal es analizarlos desde distintos puntos de vista, discutirlos y plantear las normativas que rige la legislación existente. A la vez, se pretende profundizar en los contenidos teóricos aportados en la cátedra de “Ética profesional” mediante la investigación complementaria y la reflexión.

Es de suma importancia, tanto para el profesional como para el paciente, tener conocimiento de la legislación al momento de la atención y de la relación terapéutica generada entre ambos. En ésta, el primero debe cumplir con su obligación otorgando una buena atención y un trato adecuado; y el segundo debe conocer los derechos que tiene y hacerlos respetar. Si se ve transgredido alguno de los principios establecidos por la ley, pueden hacerse denuncias correspondientes.


Marco Referencial

a.       Programas y estrategias propuestas por el Ministerio de Salud y de Educación.
En el decreto 1300 (2002) se establece que los niños mayores de 3 años que presenten TEL serán atendidos en las escuelas de lenguaje. Además, no pueden ser atendidos en las escuelas de lenguaje niños que presenten trastornos del habla y trastornos de lenguaje secundarios. También, egresarán anualmente los niños que hayan superado el TEL y también por promoción a la educación regular. Si aún requiere de apoyo especializado este deberá otorgarse en la escuela a través del proyecto de integración. Esta decisión está en manos de los especialistas y la familia.

b.      Definición
Los procesos fonológicos de simplificación (PFS), según Stampe (1971), corresponden a procedimientos que el niño utiliza para adaptar sus emisiones, de acuerdo a sus posibilidades, al habla adulta. Por su parte, Morcillo (S/A) define a las dislalias como perturbaciones de la pronunciación de un fonema, que se mantiene incluso en la repetición aislada, siendo sistemática”.

c.       Epidemiología
Los PFS, afirma Ingram (1983), se manifiestan en los niños entre los 18 meses y 4 años y declinan con la edad hasta desaparecer a los 5 años, aproximadamente. Al igual como ocurre con las dislalias donde “casi la totalidad del paradigma consonántico aparece entre 4 y 5años” (Morcillo, S/A), en el cual niño ya podría articular todos los fonemas.

d.      Etiología
Las causas “varían desde problemas perinatales a deficiencias auditivas, pasando por defectos estructurales relacionados con el habla. Entre los factores contribuyentes se pueden incluir modelos de lenguaje erróneos dentro de la familia, leve deterioro auditivo o déficits neurocorticales.” (Gregorio, D., 2010).

e.       Factores de riesgos biológicos, sicológicos y socioculturales
Es un factor de riesgo determinante es el sociocultural. Dependerá de la estimulación que reciba de su entorno el desarrollo y producción del lenguaje. Además, biológicamente,  por una parte, en esta etapa del desarrollo las neuronas tienen un periodo mayor de plasticidad, en donde se moldean fácilmente, de acuerdo a los estímulos que reciba. Por otra parte, los órganos fono-articulatorios del niño deben estar expeditos para que puedan cumplir la función del habla. Al mismo tiempo, En este aprendizaje las figuras más cercanas afectivamente tendrán que servir de apoyo psicológico, celebrando los logros y avances del niño, pero también persistiendo en continuar mejorando.

f.        Signos y síntomas
Los procesos fonológicos pueden ser de tres tipos: 1. Estructura silábica: el niño simplifica las silabas tendientes a transformarlas en estructuras de tipo consonante + vocal o simplifica la estructura métrica o rítmica de la palabra para facilitar su emisión. 2. Asimilación: Reemplaza un fonema por otro que se asemeja en su articulación o está presente en la palabra. 3. Sustitución: Se sustituye un fonema por otro y  no es un cambio por asimilación.
En las dislalias se observa una dificultad de articular un fonema, siendo las más comunes las de los fonemas  /r/, /s/, /l/.

g.       Intervención y/o tratamiento.
En la intervención de la dislalia se busca mejorar la capacidad práxica, corregir el punto articulatorio y lograr la utilización del fonema adquirido. Mientras que en los procesos fonológicos la intervención persigue entrenar la percepción auditiva para crear conciencia fonológica y luego poder expresarse correctamente.


Análisis

Presentación del caso

El caso clínico relata una intervención por parte del fonoaudiólogo que atenta contra la ética profesional. Un menor de 4 años de edad pertenece a una escuela de trastorno del lenguaje y se encuentra próximo al paso a kínder. Al ser evaluado, mantiene un buen nivel semántico y morfosintáctico, pero presenta procesos de simplificación y algunas dislalias, lo que se resume en un Trastorno Fonológico que puede ser tratado en una escuela común. A pesar de esto, el fonoaudiólogo en un acuerdo con el Director de la escuela de lenguaje y en pos de buenas relaciones, diagnostica en el menor un trastorno moderado del lenguaje, permitiendo así que continúe en la escuela sin necesidad alguna de hacerlo y atentando contra el código ético de fonoaudiólogos.

Valoración Ética de la situación

La decisión tomada por el fonoaudiólogo atenta contra la ética profesional desde más de un punto de vista.
Dentro de la axiología, hay muchos valores que fueron pasados a llevar por el profesional, comenzando por la honestidad al dar un diagnóstico falso en pos de una buena relación con el director.  Además está la justicia, al tener un trato diferente con el menor en relación a otros niños con las mismas capacidades, a pesar de que no fuese lo favorable para él. También fue violada la lealtad hacia el Código de ética del Colegio de fonoaudiólogos, donde se evidencia el incumplimiento al Artículo 4º, el cual expresa que el fonoaudiólogo debe “conocer y cumplir estrictamente las reglas y disciplinas de las instituciones en las que preste servicio”, además del Artículo 5º que indica que “es deber del profesional respetar la libertad de elección del  fonoaudiólogo por parte del paciente…”, lo que fue violado desde el punto de vista legal con el paso a llevar de la libertad de este último. Aquí también cabe recalcar un abuso del poder del profesional quien tomó la decisión finalmente, sin tener en cuenta la opinión de los padres del menor al no transmitirles la verdad de lo sucedido.

De acuerdo a los constructos éticos del cuidar que plantea Torralba (2000), no respetó tres de ellos. No tuvo compasión por aquel menor, y transgredió la confianza que  esa familia depositó en él, por lo tanto perdió conciencia de su deber como profesional y del impacto que generaría su decisión en la vida del pequeño y su familia.

Todo esto ocurre con finalidades personales y egoístas que se escapan de lo moralmente correcto, que sería haber aceptado el hecho de que el menor no podía seguir en la escuela de lenguaje y, a pesar de lo que quisiera el director, haberle dado el diagnóstico correcto permitiéndole estudiar en una escuela común. Sin embargo, tal como afirma Ricards (2000) al referirse sobre los valores, "algo  es  valioso  si  satisface  una  apetencia,  sin  que  tal  satisfacción  implique  la  frustración  de  una  apetencia  igual  o  más  importante”, fue dada más importancia a las buenas relaciones con el director que al seguir los valores y principios personales.

Propuesta de intervención considerando los aspectos éticos implicados

Teniendo en cuenta el paso a llevar de principios fundamentales que debe tener el profesional fonoaudiólogo y sobretodo la deslealtad al Código de Ética mencionada anteriormente, debiesen regirse las normas que indica el mismo. Tal como señala el Artículo 23º, donde se explica que “el Fonoaudiólogo colegiado que incurre en un acto desdoroso para la profesión, abusivo de su ejercicio profesional o incompatible con la dignidad y cultura profesionales podrá ser sancionado por el Colegio, previa instrucción de una investigación sumaria, ordenado por el Directorio General”, además del 24º que indica que “se considerarán actos desdorosos para la profesión, abusivos de su ejercicio o incompatibles con la dignidad y cultura profesional, aquellos que signifiquen infracción al Código de Ética y al Estatuto del presente Reglamento, o cualquiera otra norma o reglamentación que se dicte en resguardo de la profesión y del Colegio, así como el que sea injusto o indebido de acuerdo con la legislación positiva y los principios de la ética profesional”, lo que puede terminar generando una amonestación, censura, suspensión del ejercicio por un plazo no superior a seis meses,  o la cancelación de la inscripción en el Registro del Colegio, provocado por una denuncia a los Tribunales de Justicia de los actos que se estimen delictuosos.


Conclusión

El ser profesional conlleva a una gran responsabilidad. Como futuros fonoaudiólogos, debemos conocer todas las obligaciones que  tiene éste y cumplirlas, teniendo presente que el ejercicio de estas normas intenta velar por el bienestar de la otra persona. Un aspecto de gran importancia en esta relación con el otro es la empatía. Tal como el paciente lo es al atenderse con el fonoaudiólogo, nosotros también lo seremos al atendernos con otros profesionales, por lo que el trato es de suma importancia de una forma o la otra, además del informar sobre el diagnóstico, pronóstico y tratamiento como nos gustaría ser informados.

Por otro lado, el aspecto ético en la atención fonoaudiológica puede ser visto de diversos puntos de vista según la escala de valores de cada persona. Sin embargo, el fonoaudiólogo debe  poseer ciertos principios fundamentales para ejercer su trabajo, como son la honestidad, la justicia y el respeto, la confianza, la compasión y la conciencia los cuales le permitirán además de tener una buena relación con el paciente, poder comprender la importancia de las leyes, aceptarlas, adquirirlas y velar por ellas.

Así como es importante reflexionar sobre el caso planteado desde el punto de vista axiológico, el punto de vista legal también adquiere gran relevancia. Muchas veces los valores pueden parecer subjetivos y abstractos, es por esto que se vuelve muy útil el estar al tanto de las leyes que rigen en nuestro país para el profesional fonoaudiológico, permitiéndonos tener una base más sólida y concreta respecto al ejercer como profesional.


Referencias Bibliográficas

Colegio de Fonoaudiólogos de Chile A. G. (1983). Código de Ética. Chile.
Cáceres, S (2012). Patologías del Habla y Nociones Básicas de Intervención. Cátedra Fundamentos de Fonoaudiología. Valparaíso.
Delgado, L (2010). Trastorno Fonológico. Cátedra Fundamentos de Fonoaudiología. Valparaíso.
Decreto NO. 1300. Aprueba Planes y Programas de Estudio para alumnos con trastornos específicos de lenguaje. Diario oficial de la República de Chile. Santiago, 30 de Diciembre, 2002.
Gutiérrez, C., Guerrero, M. & López, T. (2011). Valores morales y axiología. El fin y los medios. México: La Capilla
Torralba, S (2000). Constructos éticos del cuidar. XXVI Congreso Nacional de la SEEIUC. Barcelona.

ÉTICA EN LA ATENCIÓN FONOAUDIOLÓGICA. Análisis de caso clínico simulado por Fernanda Becerra y Consuelo Contreras.

Introducción

Al realizar este trabajo sobre el análisis de caso simulado, podremos conocer sobre la legislación vigente que rige la práctica del fonoaudiólogo en sus distintas áreas y en nuestro caso, con respecto a las escuelas del lenguaje y el diagnostico de un TEL para indicar si el niño permanece en esta escuela o no. Lo importante es que podremos integrar conceptos teóricos vistos en clases, además de una revisión bibliográfica que nos ayude a recabar la mayor cantidad de información para realizar este análisis de manera profunda y concisa. Además, incluiremos nuestra opinión sobre el acto del fonoaudiólogo en el caso y nos referiremos a la ética que lo debiera regir.

Cabe destacar que haremos énfasis en puntos importantes sobre el Código de Ética del Colegio de Fonoaudiólogos de Chile (1983) sobre los que creamos que fueron transgredidos en el caso presentado. Analizaremos sobre la relación terapéutica que debe existir, derechos y deberes que deben ser cumplidos, los cuales son básicos. En base a lo propuesto, discutir y tratar de llegar a una conclusión reflexiva y crítica que nos permita aprender y entender sobre la importancia de estos puntos.

Con respecto a la revisión teórica, analizaremos sobre los decretos vigentes como el DSM-IV, sobre el lenguaje y habla, enfocándonos en sus puntos importantes para un posible tratamiento o derivación; además de  informarse sobre los años en los que está permitido que un niño permanezca en una escuela del lenguaje o cuando éste puede ser “dado de alta”.


Marco Referencial

El Ministerio de Educación, fija en el decreto Nº170 (2009) las normas para determinar los alumnos con necesidades educativas especiales (NEE) que serán beneficiarios de las subvenciones para la educación especial. En éste, se define Trastorno Específico del Lenguaje (TEL) como “una limitación significativa en el nivel de desarrollo del lenguaje oral, que se manifiesta por un inicio tardío y un desarrollo lento y/o desviado del lenguaje” (Ministerio de Educación, 2009:9). No deben considerarse como indicadores de TEL las dislalias ni los Trastornos Fonológicos (Artículo 30).

Una dislalia es una alteración en la articulación de algún o varios fonemas, o la ausencia de éste de manera consistente. Un proceso de simplificación fonológico (PSF) es un conjunto sistemático de estrategias utilizadas por el niño para reproducir lo que escucha de forma simplificada fonológicamente, esta idea se sustenta en la teoría de fonología natural de Stampe (1969) e Ingram (1983). Los tipos de PSF según los autores son: proceso de estructura silábica, sustitución y asimilación.

De acuerdo a González (2003) y Segovia (1988) una dislalia funcional es la más frecuente y requiere de indemnidad anatómica faringobucal y de audición periférica, lo que está alterado es la capacidad de realizar praxias secuenciadas con suficiente fuerza, precisión y coordinación. Puede deberse a malos hábitos orales que permanecen durante mucho tiempo. En una dislalia orgánica o disglosia, se ven alterados los órganos periféricos del lenguaje en la pronunciación, puede deberse a falta de piezas dentarias, fisuras labio-palatinas, lengua bífida, quemaduras o deformaciones congénitas.

Ingram (1970) divide los trastornos del lenguaje en cuatro: leve, moderado, severo y muy severo. En el primero, hay un déficit fonológico; en el segundo, hay déficit fonológico y morfosintáctico en su dimensión expresiva; en el tercero, es mixta en dimensión expresiva y comprensiva, en el último; todos los niveles del lenguaje se ven afectados.

Un trastorno fonológico se refiere a las alteraciones que presentan los niños con la adquisición y desarrollo de la fonología, que implican algún tipo de dificultad para almacenar, representar y/o recuperar la información acerca de la organización de los fonemas dentro de las palabras. Esto podría ocurrir por una inmadurez perceptiva que no permite al niño un análisis fonético-fonológico, tendrían fallas en la conciencia fonológica, siendo la mayor característica que el niño emite enunciados poco entendibles. La intervención la haría directamente el fonoaudiólogo en donde debe haber un diagnóstico diferencial entre dislalias y PSF, porque muchas veces estos coexisten, y si el último persiste podría llegar a ser un trastorno fonológico. En cuanto a la terapia, podría realizarse la “Global” en la cual se puede mejorar la producción en el nivel fonológico, tanto en niveles bajos de control de procesos articulatorios, como repetición o habla espontánea, por ejemplo; además de una estimulación auditiva, práxica de posturas y secuencias, esquema corporal y bucal.

La prevalencia mundial de menores con problemas de habla que presentan además alteraciones del lenguaje es del 15%. Y aproximadamente el 5% de los menores que muestran un trastorno específico del lenguaje, presentan también alteraciones en el habla (Skarżyński, 2012). Con respecto al trastorno fonológico, aproximadamente el 3% de niños en edad preescolar y el 2% de niños de 6 a 7 años sufren de este trastorno.

Algunos factores de riesgo son: prematuridad, bajo peso al nacer, un nivel sociocultural bajo y una familia muy numerosa (Aguilera, 2008).


Análisis

"Fonoaudiólogo  que evalúa a menor de 4 años que asiste a una escuela de trastorno del lenguaje. El menor el próximo año debe asistir a kinder. Se establece una conversación con el director sostenedor, sobre que idealmente el menor podía realizar kinder en la escuela de lenguaje. Sin embargo, el menor en la evaluación mantiene un buen nivel semántico y morfosintáctico, acorde a su edad cronológica, pero mantiene procesos fonológicos de simplificación y algunas dislalias.  La única manera de que el menor asista al kinder dentro de la escuela de lenguaje es que el diagnostico fonoaudiológico sea trastorno moderado del lenguaje. El  fonoaudiólogo cede a tal petición para mantener buenas relaciones laborales".

El niño fue diagnosticado con un trastorno moderado del lenguaje, por lo que según Ingram (1970) se deberían presentar los siguientes signos para que pueda ser diagnosticado con ese trastorno, éstos son: déficit fonológico y morfosintáctico en su dimensión expresiva. Como fue mencionado en el caso, el niño mantiene un nivel morfosintáctico y semántico acorde a su edad, por lo que el diagnóstico estaría alterado y el niño no debería seguir en la escuela de lenguaje. Debe ser requisito que se quede cuando se tiene TEL mixto o TEL expresivo. El niño, con los datos entregados, podemos decir que tiene un trastorno fonético-fonológico que no corresponde con su edad, dado que presenta dislalias y PSF.

De acuerdo a lo anterior, podríamos decir que el niño no tiene una NEE, y sólo requiere de atención fonoaudiológica por su trastorno fonético-fonológico, siendo de suma importancia la atención de este profesional. Si no es tratado, este trastorno podría afectar el aprendizaje de lecto-escritura en el niño posteriormente.

El fonoaudiólogo decide diagnosticar erróneamente al menor para conservar buenas relaciones con el director sostenedor. En el decreto nº170, se establece que aquél profesional que realice un diagnóstico fraudulento, será eliminado del Registro Nacional de Profesionales de la Educación Especial para la evaluación diagnóstica. De acuerdo a lo analizado, el profesional ha realizado un mal diagnóstico, por lo que deberá acatar lo que indica la ley.

Con respecto a la axiología, algunos puntos vistos se ven alterados porque él no se está respetando así mismo alterando su compromiso como profesional, no actuando de manera éticamente correcta, no lleva a cabo una rectitud y justicia acorde a su acción de cambiar el diagnóstico del niño, sin reconocer que el niño no necesita de una atención especializada en una Escuela de Lenguaje, por lo que no está siendo honesto con el paciente, quitando la posibilidad a otro niño que realmente necesite entrar a la escuela, y sólo pensar en la compensación económica que hace el Gobierno por niño que se encuentra en las escuelas y accediendo a la petición del director para mantener una buena relación.

El Código de Ética del Colegio de Fonoaudiólogos de Chile (1983) indica que el profesional debe denunciar aquellas normas o acciones que atenten contra la integridad del paciente o la suya propia. Además, debe tratar con humanidad a los pacientes. Considerando esto, el profesional no trató con humanidad al menor, sino que lo utilizó para su propio beneficio; para que la escuela reciba la subvención y de esta manera conservar las relaciones dentro de la institución. Asimismo, el fonoaudiólogo debió haber denunciado el actuar del director de la escuela de lenguaje, ya que se puso en riesgo el completo bienestar del paciente o de él (si pensamos que el director de la escuela amenazó con quitarle el trabajo al fonoaudiólogo, por ejemplo). El cumplimiento de las normas que se expresan en este documento es de carácter obligatorio para los fonoaudiólogos que ejerzan su profesión en Chile, de no ser así,  será sancionado por el Colegio de Fonoaudiólogos de Chile A.G.

Cuando tratamos a un paciente, estamos cuidando de él de alguna manera, e implica velar por su autonomía, por lo que debemos aplicar los principios y valores morales universalmente construidos. Por ejemplo: compasión, competencia, confidencia, confianza y conciencia. Estos constructos básicos que debería poseer un profesional, nos hace notar que el Fonoaudiólogo del caso, no los posee, porque no está dando lo mejor de sí para que el niño pueda salir de la escuela y recibir atención fonoaudiológica externa y pueda salir delante de su trastorno fonológico, además de que no desarrolla una competencia para llevar a cabo su trabajo de manera óptima al diagnosticar a un niño con una patología que no presenta. Y por último, está pasando a llevar la confianza que los cuidadores del niño depositan en él y en la escuela, al dejar al infante a su cuidado para que pueda superar este déficit del lenguaje que supuestamente tiene, siendo que sólo tiene un trastorno fonético-fonológico.

A modo de propuesta, considerando todo lo expuesto anteriormente, creemos que las entidades que se encargan de regular las Escuelas del Lenguaje, deberían corroborar de alguna manera los diagnósticos hechos por los profesionales, porque claramente lo sucedido sólo lo sabrán el director y el fonoaudiólogo. Por lo que proponemos que el diagnóstico anual que se le hace al menor, sea realizado por un fonoaudiólogo externo a la escuela a la que pertenece el niño. De esta manera el profesional no se verá influenciado por nadie, y el niño podrá recibir el tratamiento que realmente necesita. Por consecuente, el niño debería asistir a terapia fonoaudiológica para tratar el trastorno fonético-fonológico, ya que podría afectar a su posterior desarrollo lingüístico en su etapa escolar.


Conclusión

Como expusimos en el análisis recién expuesto, para ser un profesional íntegro hay que tener en cuenta varios aspectos, ya sea el Código de Ética del Colegio de Fonoaudiólogos de Chile, los decretos del Ministerio de Educación, y otras normas dependiendo de nuestro lugar de desempeño laboral. Si bien es imprescindible conocerlos y actuar de acuerdo a lo que rige la ley, creemos que lo más importante es contar con una escala de valores coherente con la carrera que hemos decidido estudiar y luego ejercer. Nos encontramos en un área donde no podemos velar sólo por nuestro beneficio, sino que nos relacionamos con personas igual de importantes que nosotros, que deben verse beneficiadas de igual manera. Además de esto, creemos que es de suma importancia conocer de manera profunda los decretos que rigen actualmente, e irse actualizando acorde a cómo van cambiando y cuales artículos se van integrando.

El hecho de ser profesional implica muchas cosas, no sólo somos un ser con conocimientos teóricos, sino que también un ser con valores propios, los constructos esenciales de la ética del cuidar debemos conocerlos muy bien, porque son cosas básicas que harán que seamos un profesional de excelencia en todo ámbito. Nosotros podemos tener muy en cuenta todos estos puntos, pero si nosotros mismos no los tenemos internados ni los sentimos como un deber, cualquier caso similar que se nos presente, podríamos llegar a actuar como el fonoaudiólogo del caso, por eso es importante tener en claro nuestros propios puntos éticos y ser consecuentes con lo que pensamos y sentimos. Además de que tenemos que estar preparados para este tipo de situaciones, porque pueden ser incluso más comunes de lo que pensamos.

Es por esto que no estamos de acuerdo con el actuar del fonoaudiólogo del caso planteado, ya que ayudar al paciente debe ser prioridad por sobre todas las cosas. Creemos que las entidades encargadas que regulan o dirigen los ingresos de niños a Escuelas de Lenguaje, tal vez deberían agudizar sus revisiones y que alguien externo corrobore el diagnóstico hecho y sea tal vez, más de una vez al año.


Bibliografía

Aguilera, S.; Botella, M.P. (2008). Trastorno específico del desarrollo del lenguaje. Bol. S Vasco-Nav Pediatr 40(25) 24-30.
Bratz, J.; Sandoval M. (2013). Axiología Valores. [Diapositivas de Power Point]
Bratz, J. (2013). Ética del cuidar en la atención terapéutica. [Diapositivas de Power Point]
Cáceres, S. (2012). Nociones básicas de patologías del lenguaje. [Diapositivas de Power Point]
Delgado, L. (2010). Trastorno Fonológico. [Diapositivas de Power Point].
García, V. (2007). Comunicación y Lenguaje. [Diapositivas de Power Point]
González, J. (2003). Alteraciones del Habla en la infancia. Aspectos clínicos. Editorial: Médica Panamericana.
Ministerio de Educación (2009). Decreto con toma de razón Nº0170. Santiago, Chile.
Skarżyński, H.; Piotrowska, A. (2012). Prevention of communication disorders – screening pre-school and school-age children for problems with hearing, vision and speech: European Consensus Statement. Med Sci Monit, 18(4).
Segovia, M.L. (1988). Interrelaciones entre la odontoestomatología y la fonoaudiología. Buenos Aires: Médica Panamericana.